Tras un viaje que me ha impedido mantener las redes sociales, este mensaje recapitula, pues la concordia y la paz es del interés de todos y más que voluntad se necesita entendimiento.
La causa de la guerra (de la destrucción mutua o autodestrucción) es el mal, no puntual, sino el sostenido -de las armas, que tienen mala intención o propósito de daño, y actúan desde su potencia, su amenaza, determinan con su proyección de daño antes que con el daño mismo. De modo que a su víctima, al que apuntan, no le cabe más que someterse a la voluntad del que apunta y servirle reforzando el arma de este -que es necesariamente su prioridad, o enfrentarse a él con otras armas, y organizándose igual que él, como arma incorporada en modo jerárquico.
Y esa arma incorporada es el estado, que impide la humanidad, la libertad y la verdad, sistema (de estados o unidades armadas) en el que la Humanidad ha vivido inevitablemente hasta el presente, pues el desarme solo puede ser universal, imposible en un mundo desconocido e incomunicado. Por eso, se entiende el estado, pero también que debe ser superado.
La forma de la paz es la toma de decisiones incluyente que previene y evita el propósito de daño y busca solo el bien común, algo posible hoy día y para lo que proponemos la reforma de la ONU que deje de ser un foro inútil de los estados para ser el medio de la Humanidad.
Reforma que debe partir de nuestra humanidad (no del estado o de nuestra ciudadanía o nacionalidad -nuestra pertenencia al estado), pues es nuestra humanidad la que (más allá de la ley) identifica el mal en (la potencia de) el arma, ya que es la humanidad nos pone en lugar del otro sin engañarnos con figuraciones (los humanos somos iguales, amigos, no se engañe nadie, ya llevemos turbante o sombrero), y nos lleva a eliminar el mal (que es común, igual de malo para todos) desarmándonos universalmente.
El desarme y el desarrollo humano son las dos caras de la misma moneda, pues, así como el desarme no puede ser si no universal (un desarme unilateral o una actitud humana, pacífica, equivalen a la rendición o derrota), el desarrollo también es humano, universal y tiene como prioridad cubrir las necesidades humanas, la integración de los más desfavorecidos, antes que potenciar nuestras capacidades.
La reforma de la ONU consiste en el acuerdo universal de cese conjunto de servicio de la Humanidad al arma: con el alto el fuego y deteniendo toda forma de su desarrollo, y eso es ya también el desarrollo humano, pues solo el arma nos separa y nos engaña -nos priva de humanidad.